Buenas noches, paisanos y amigos de
Monleras:
Salud
para todas y para todos; para los de aquí, y para los de fuera, aunque en Monleras nadie
es forastero (una vez pasado por el
Pilón).
Os confieso que cuando Ángel me ofreció dar el pregón, en primer lugar me entró la duda sobre si
daros el pregón o un sermón de fiestas. He preferido el primero pero por si
acaso vengo preparado.
También
le pregunté a Angel que qué tipo de pregón quería, y ahí sí que su ayuda fue
inestimable:
- “! Tu mismo, a mi me gusta que me
sorprendan!”
(Desde
mi experiencia os digo que este hará
carrera política. En un sólo movimiento se saca el muerto de encima y pone la
pelota en mi tejado)
Y
quise que este fuera un pregón digno del
mismísimo IV centenario de la muerte de Cervantes que este año celebramos, y ya que desgraciadamente no lo será por su
calidad literaria, al menos he decidido compartir
con tan ilustre escritor la inutilidad de una mano.
(Bueno, al menos es la derecha que
bastantes veces me han llamado inútil de izquierdas).
Decía Tierno Galván que los pregones
tenían que ser como las minifaldas: CORTOS y que ENSEÑEN mucho. Pues me da la
impresión que el mío ni lo uno ni lo otro, llevo ya 2 minutos y no he dicho
nada.
No
sé si ser pregonero es un cargo o una carga. Solo sé, que para mí es un
verdadero privilegio, y que sería una ingratitud por mi parte negar mi colaboración
cuando esta se me pide.
(Por
cierto que no he preguntado aún cuanto se cobra.)
Gracias a cuantos seáis culpables de haber tomado esta decisión de ofrecerme la
oportunidad de pregonar a viva voz y a la antigua usanza las fiestas de este
año.
Y a vosotros, monlerienses, gracias
también por ser quienes sois, mis
paisanos y mis amigos.
Y aquí estoy para lo que se os ofrezca,
desinteresadamente; no cómo los bancos
que nos prestan un paraguas cuando sale
el sol y nos lo reclaman cuando llueve.
Y dejarme que me presente: soy Jose.
Sí,
JOSE GURULLO, el hijo de Pedro y Angelines, el
nieto del Sr. Víctor, la Sra. Ángela y la Sra. Obdulia, y también de Juan aunque no lo llegara a
conocer.
Por cierto, quien hace cien años emigró de su tierra, como hoy hacen nuestros
jóvenes, primero a Argentina y después, un poquito más cerca, a Berganciano; y
que por desgracia cuando tenía cumplido su sueño de volver a Monleras falleció
aquel mismo año. En fin, que los gurullos hicimos nuestra operación retorno en
el verano del 46.
Para
más parientes y ascendientes consultar el libro de mi tío Celedonio, por el que
nos hemos enterado de lo que ya sospechábamos, que todos aquí somos familia y
que andamos más enredaos que una telenovela.
Y soy Gurullo como también soy Peñalvo, que
como cualquiera de vosotros en esto de los motes andamos sobrados. Ganados y heredados por los siglos de los siglos.
Y para más señas y abundamientos
casado con Chelo, la de Cristobal y
Chon, hoy justamente hace 27 años, con lo cual allegado de familia a los
González de la Arrabal, y a todos los Del Arco rama Olegario.
Vale y para los jóvenes, el padre de
Víctor.
Y A ESTE PUEBLO SIN NACER EN ÉL PUEDO
CONSIDERARLO COMO UNA DE MIS PATRIAS, no
porque los de Monleras nazcamos donde queramos como los de Bilbao, sino porque
he querido que esta sea mi tierra, y
como decía GARCÍA PAVÓN, "no hay tierra buena ni mala, tierra no hay más que la de uno".
Monleras no es mejor ni peor que otras,
pero sí tiene algo que la hace peculiar: “Es la nuestra”.
Y mis primeros recuerdos de este
pueblo comienzan en blanco en negro, ¡coño! en aquellos tiempos es lo que había.
Y no son otros que unas fiestas del Corpus
allá por el 66, comiendo todos arroz de una
misma fuente en la casa de los
Vaqueros (y cuando digo comiendo todos, digo todos: mayores, niños, mozos: Bernardino,
Paco, Aníbal y María Luisa, parientes, más
parientes, algún músico e invitados de otros pueblos); recuerdo también un partido de pelota tres
contra tres en este frontón, y una gaseosa donde Feliciano
en un mostrador bajo de madera donde los más osados sentaban sus posaderas.
Y dos meses más tarde un verano de trilla en el
Pocito, trillique de tres vueltas y “pa”
casa, un burro y un botijo. Tres vueltas en el trillo o pocas más, las justas
para que el cabrón de mulo se cagara y
uno no supiera poner la pala, ¡joder que rabia!
Y guardo en el recuerdo de la niñez una
casa en el barrio de los Álamos (buen barrio) donde sólo había una bombilla de 25
w que iba y venía de habitación a alcoba
y de cocina a cernidero. Que iluminaba a
ratos y otros mortecía según tirara la
trilladora. (Así oí yo la expresión de que aquí en Monleras la luz la echaban a
cazos).
Recuerdo un suelo de lanchas y otro de barro, un techo de ramo y otro
moderno de tableta, y siempre, siempre como en todas casas un amplio wáter, en
la tená del corral, en la cortina o el mudadal de enfrente.
Y
las salidas a jugar a la Romera y el miedo a la poza y la Fuente Nueva, y la
bandada de grajos llegando al atardecer a la Alameda. Y cómo no, los amigos: Paulino,
José, Luis, mis primos Juan, Miguel, Luis, y en especial para mí, Perfecto. Cuántas
tardes de vacas acompañando a su tío Ferino, y cuántas meriendas mezcladas de nocilla, gorduras
y manto.
Y a Ame, que me llevó a costillas en
un impresionante esfuerzo, desde las Cruces a casa, ante el corte que me hice
en el pié con el cristal de una
botella del que aún conservo la
cicatriz.
Joder, y ahora sin venir a cuento me
vienen a la memoria las idas al campo
con Sócrates a recoger los lazos de los conejos.
O venir en el seiscientos al pueblo, que
rompía las correas un día sí y otro también, y donde nos instalábamos cómodamente 4 de familia y
una bicicleta BH.
Y los mandaos para hacer o los recados para comprar,
al comercio, al pan, a por la leche donde el Sr. Baltasar, a por tabaco o a la
farmacia de Don Paco. Porque éramos entonces un pueblo de Dones, no por los que
teníamos sino por los que pronunciábamos:
“Que me ha dicho Don tal que os diga
que…”, y a esconderse si veías a Don Avelino para no tener que saludarle.
Hasta que llegaba septiembre y cada
mochuelo a su olivo y yo a Salamanca.
Uno se iba haciendo mozo y de aquellos años
del 78 y después recuerdos de muchas tardes-noches madrugadas en el Centro, el
Boliche, el Kun Fú, La Asociación, Trazos, alguna obra de teatro, fiestas de otros
pueblos, mucha juventud, algunas tonterías, y poco más. Y los quintos que esta
vez nos quedamos en tres, Manolo, yo y Andrés, en este orden para que rimen. Para
luego terminar en la mili por cosas de las prórrogas con Angel Tarallas, en lo
que hoy es el Corte Inglés de Salamanca.
y hasta aquí puedo y
quiero leer, que algunas hazañas de las que después pasaron no han prescrito y
habría que solicitar autorización de los implicados para contarlas.
Poco a poco con cada venida una mejora para
el pueblo, el agua, la luz de verdad y
no la del salto de Estacas, calles asfaltadas, y mucha actividad.
Labor de cambio y mejora amparada por
esfuerzos colectivos. Con la paciencia castellana que muchos equivocadamente
confunden con resignación.
Creo que se ha hecho mucho de lo que
se ha podido, con aciertos para unos y con errores para otros, pero es que pocas veces se guisa el cabrito a gusto de
todos.
Y
al final en el 83, carretera y manta, como tantos otros, a trabajar fuera,
echando ramas en otras tierras, pero
siempre con las raíces en Monleras, y haciéndolas notar y presumiendo de ellas,
como dice mi amigo José Blanco, gallego del País Vasco, y buen
conocedor de Monleras por los 4 años que residió en el Poblado de
Iberduero de Almendra.
Y vivir y trabajar, bajando al pueblo
en cada oportunidad, en verano a
descansar y en invierno con cita obligada en las matanzas.
Pero lo importante nunca es uno ni sus
experiencias, lo importante es el Pueblo, ese que seguirá cuando no estemos, o
cuando estemos tras las puertas de la última casa del Camino del
Cementerio, puertas a las que por cierto
una tranca les vendría de fábula.
por qué ¿QUÉ es monleras?
Y ante esta pregunta
algunos, con más autoridad y conocimientos que yo, nos han dado y nos darán
definiciones académicas, nos contarán historias, y esgrimirán logros, hitos y
estadísticas. Gracias a todos ellos por su labor y esfuerzo.
Pero dejarme que yo os diga
qué es Monleras para mí desde las cosas cotidianas, y pequeñas.
-Monleras es sobre todo mi
pueblo.
-Monleras son las siestas de agosto tapaditos con la colcha,
-Y la chaquetita que no puede olvidarse en las noches de verano.
-O esa mosca cojonera que todos nos encontramos en casa al llegar
y no nos deja hasta el día de nuestra marcha. Que la ciencia dirá que viven
sólo 15 o 20 días pero yo he saludado algunas de tres veranos.
-Monleras
es el lugar donde te entienden si hablas de casulario, cencellada, mochar, aciburrio,
fato, modorro, añusgar, saltigallo o espilongar.
Donde un pardal es un pardal y no un gorrión,
y los coches se guardan en cocheras y no en garajes. Y donde nadie te mira mal si
comentas que acabas de comerte unos chochos riquísimos.
O que no tienes que explicar 3 veces
lo que es candar, verbo y acción desconocida en el mundo, como me advirtió mi compañero Belisario de
Correos de Bilbao, cuando en una
instrucción interna sobre normas de seguridad pedí a los responsables de
oficinas que se aseguraran de que la Caja Fuerte quedara bien candada.
Por cierto, Belisario es de Espadaña y
le gané una cena apostándole que mi abuelo y mi madre habían nacido allí.
-Monleras es el lugar donde aún los
torreznos se imponen a las barritas energéticas y el aguardiente sigue
considerándose la mejor de las bebidas
isotónicas.
-Monleras
son sus fiestas, con el Duo Miramar, nuestros Pimpinela particulares, y los
Galgos jugando desde hace treinta años en
el partido de pelota, que debe ser la familia más numerosa y longeva de
Salamanca. (Menos este año que para fastidiarme el pregón no los contratan)
-Monleras
son sus Peñas de fiestas, que han dinamizado y rejuvenecido la diversión, a
las que les debemos nuestro aplauso y reconocimiento.
-Monleras es uno de los
pocos sitios donde aún está mejor visto cazar gamusinos y pescar tencas (y Dios me libre de haber
participado yo o alguien conocido en tan irregulares actividades) que salir con el móvil a la
captura de Pokemon, (sí, esos bichos
extraños compañeros de los Dijimon, con
nombres impronunciables y que para joder
van y dijivolucionan, es decir crecen y se ensanchan. Vamos como yo en los
últimos años).
-Monleras es gastronomía.Como el
cordero cantado por Molina a principios del sglo XX, el cocido, el tostón, las
marujas, los farinatos, chanfainas,
perronillas, y sopas de leche.
Aquí los productos de
matanza son sagrados, el cerdo es nuestro animal de compañía, y hasta el
chorizo es aceptado como producto apto para vegetarianos y veganos.
Aunque el plato más tradicional y de
diario y festivos han sido siempre los canguingos
y patas de peces, que a todos nos han ofrecido al preguntar ¿qué hay de
comer?
-Monleras es su escudo, su bandera y su
himno, que podríamos enseñar, ondear y escuchar si los tuviésemos. Y que podrían acompañar a mi sobrina María en los juegos Paralímpicos de Rio de Janeiro, dónde
os aseguro representará no sólo a España,
sino también a Monleras y en especial a su Peña “El Gheto”.
-Monleras es lo que cada
uno quiere que sea, para unos la tranquilidad de nuestra casa y para nuestros
hijos justo lo contrario, que hay días que ni aciertan a entrar en ella.
-Monleras es nuestro particular sistema de
navegación que si lo patentáramos no indicaría derecha, izquierda o salga
en la segunda salida en la rotonda. Diría: “anda macho tira paquí, vete
derecho pahí y tuerce cuando llegues pallí”.
-Monleras es saber que las campanas tocan y dicen más
cosas con cinco tañidos, dos volteos y un repique que una conversación de Wassap.
- Monleras somos sus gentes con dotes adivinas, todo el día con el ”ya lo sabía yo”, “eso ya te lo dije”. O la variante de ¿Hombre, ya has venido? Cuando
encuentras a alguien por las calles del pueblo.
-O los y las agentes del S.I.A. (Servicio de Información y
Acompañamiento), que da lo mismo la hora o el sitio por donde andes o en el que estés, todo eso da igual… Tú
puedes estar tranquilo porque sabes que alguien te está observando. Y al días
siguiente cuando te levantes, tranquilo, no hace falta que cuentes lo que
hiciste el día anterior, todo el pueblo ya estará informado.
-Monleras es también la
gente que nos dejó, y que hoy seguro estará de alguna forma con nosotros.Un recuerdo
cariñoso para ellos y un abrazo para sus familias.
Pero permitidme que este pregón tenga
durante 5 segundos un recuerdo personal para
Emilio. Y él sabe, allá dónde está, el porqué.
-Pero por encima
de todo, si tuviera que escoger una imagen y un sentimiento diría que:- Monleras son los Abuelos. Los que te
pellizcan los mofletes y te suenan los mocos que parecen una aspiradora. Los
que te dan de comer y merendar como si se fuera a acabar el mundo o no lo
volvieses a hacer en dos meses. Monleras son y sois los
abuelos y abuelas que nos enseñasteis con el ejemplo que el trabajo dignifica
si es honesto. Y que verano tras verano nos libráis de las colonias y los
campamentos, para gozar de la primera libertad y de un cariño infinito.
Y sólo me resta para concluir dar la
aprobación a estas fiestas de Agosto de 2016, y así procedo y digo en palabras no mías, sino
de Dn. Quijote:
“que viendo su contenido afirmarse puede que no contienen cosa
contra la fe ni buenas costumbres, antes bien muchas de honesta recreación y
apacible divertimento, mezclada de mucha filosofía moral, que los antiguos
juzgaron convenientes a sus repúblicas, alentando ánimos marchitos y espíritus
melancólicos. Puede pues dársele licencia para su ejecución y disfrute”.
O lo que es lo mismo:
¡Qué bebamos vino y qué lo podamos
pagar! ¡Que la paella de mañana no se queme!
¡Que el cordero este en su punto y que
la danza salga de la panza!
Que haga el clero la vista gorda, y
permita que los mozos y mozas pequen y se diviertan.
Que sepamos que en fiestas la libertad
y respeto son caras de una misma moneda, y que No es No.
Que no se critique a quienes hacen posible las
fiestas Y que cagalera coja quien ose criticar a un pregonero.
¡Qué del grifo del pilón salga cerveza y que
si llueve, llueva jamón! Y disfrutar, que el derroche de alegría no alterará la
prima de riesgo.
Y con mi amigo PATO en representación
de todas las peñas, os decimos: ¡VIVA MONLERAS, VIVAN SUS FIESTAS! ¡VIVA YO! Y ¡VIVA EL ACOMPAÑAMIENTO.