miércoles, 13 de agosto de 2025

Pregón de las fiestas de Monleras 2025, pronunciado por Alicia Sánchez Álvarez




¡Ya era hora señor Alcalde!

¡Ya tocaba! yaaaa yaaaa
Llevo 20 años detrás de ti para que me dejes ser pregonera… 2013, 2014, 2015, 16, 17, 18….
Todos los años, Angel, puedo? y Angel, nooooo, este año tenemos a fulanitaaaaaa. Angel y el que viene? Veremos a veeeeeeeer,
Llegaba el año siguiente, Angeeeeeeellll , nooo este año noooo, porque viene menganitoooooo.
Menos mal que el Alcalde es de mi peña!
Y este año, me dije, Alicia, si el Alcalde te pide que seas pregonera…ponte muy digna y le dices que ya no quieres, que no te interesa!
Bueeeno, pues contra todo pronóstico, este año vino el Alcalde, se me acercó muy sigiloso, así como acostumbra a hacer y me preguntó sin rodeos si quería ser la pregonera de las fiestas de Monleras 2025, yo me puse hasta firme! y le dije ……si si si si sisisisissii y no pienso cambiar de opinión!!!
Y así es como después de esa larga conversación, pudo convencerme.
Gracias Angel por insistir tantísimo y gracias a la corporación del Ayuntamiento por no oponerse a que este año yo sea la pregonera

Buenas noches, vecinas, vecinos, amigas, amigos, familia de Monleras.
Aquí estoy hoy, 22 años después de pisar este pueblo por primera vez.
Vivíamos en la isla de Mallorca, y cuando pedí destino a Salamanca tuve que buscar en el mapa dónde estaba Monleras, me costó encontrarlo, en esos años no existía google maps, en un par de ocasiones había pasado por la carretera y como la travesía es vista y no vista, pues fue no vista y ahora vaya por donde vaya, me encuentro con gente en cualquier parte que sabe dónde está Monleras o conoce a alguien de aquí. ¡Es increíble! ¡Las fronteras de Monleras no tienen límites!
Llegué aquí con dos niños chiquininos (como decía mi padre), José Manuel que tenía 5 años y Maria Elena 3, hoy tienen 27 y 25. Monleras estaba en fiestas como ahora, pero ese año no pudimos disfrutarlas porque el contenedor de los muebles se despistó en el barco y no llegó a tiempo, así que no teníamos camas donde dormir.
Una de las tardes en las que terminamos de pintar el pabellón del cuartel nos acercamos a la plaza a ver el ambiente y tomar algo al bar de Medardo y Rosario, no conocía a nadie aquí y yo necesitaba encontrar a alguien que cuidara de mis hijos cuando empezara a trabajar.
Pregunté a Rosario, la de Medardo, porque si algo tienen los pueblos es que somos siempre de alguien y vosotros también, Patro la de Paco Vaquero, Tere la de Francisco, Macu la de Toño...José Mari el de Alicia.
Bueno que me enrollo, le pregunté a Rosario si me dejaba pegar un cartelito en su bar donde ponía que buscaba “niñera”. Rosario, me dijo que ella podría cuidar de mis hijos, y en dos minutos se hizo a ellos, se los llevó a ver el chiringuito, ese que tanto nos gusta y que ponen cada año en fiestas con pulseras, peluches, bolsos… Y ya vinieron con una mochila de osito cada uno, vamos que se los metió en el bolsillo.
¡Dejar que Rosario y su familia cuidaran de mis hijos fue todo un acierto!
Mis hijos llegaban cada día a casa ilusionados porque habían ido a las ovejas con Germán y Tamara, se meaban de la risa contando que a Maria Elena la había morrao una oveja al coger el cordero, el moratón ni le dolía, eran felices jugando a ser pastores, la parte mala… las pulgas, que eran todas para mi hija, podrían haber repartido un poco y que picaran al 50% a uno y otra, o a los demás, pero no. A mi hija le salían ronchas en el cuerpo…y una vez que la llevé al médico en Salamanca, se las vio y cuando le dije que eran pulgas, el médico nos miró como si viviéramos en la indigencia, qué faltita de campo tienen algunos!
Cuidado con las picaduras de bichos en niños pequeños. Y con las ovejas paridas, que morran. Las no paridas también
En casa de Tomás y Rosario había de todo, mis hijos entraban y se iban derechos al plato del chorizo o torreznos o carne, lo que sea que hubiera, o al armario de los dulces, nunca les negaron nada y cuando iban a algún mercadillo, casi siempre les compraban algo. Tamara paseaba a mi hija en una sillita que tenía por ahí y Tomasín que ya es un hombre y que aun me cuesta llamarle Tomás, vigilaba para que se portaran bien, luego venía y me lo contaba.
Nos hicieron sentir como si fuéramos familia, lo que tenían te lo ofrecían, y siempre había una cerveza fresquita y un rato de charla cuando iba por allí.
“Les ayudamos” en la matanza dos veces, mi hijo se metía a verlo todo de cerca, mi hija y yo íbamos más tarde, la sangre no nos hace mucha gracia y no nos gusta desmayarnos.
Por cosillas de la vida, tuvimos que marcharnos durante dos años y tanto mis hijos como yo no veíamos la hora de volver a Monleras. En ese tiempo fue cuando decidí que quería construir nuestra casa aquí, no necesitaba tener centros comerciales cerca, ni cines, ni tiendas de comida rápida, ni playa, ni…..voy a parar no vaya a convencerme de que estaría mejor en otra parte.
Cuando volvimos después de esos dos años, mis hijos hicieron piña con las mellizas de Germán, Mayte y Rakel, y el pequeño, Mikel, menudo quinteto de la muerte!. Iban al vertedero a buscar…. mierda, porque qué va a haber en un vertedero? pues mierda! Ellos lo llamaban el corte inglés, no sé si pensaban que iban a encontrar un tesoro, porque la gente a lo mejor va a los vertederos a esconder cosas valiosas. ¡Quién sabe!
No había semana que alguien no viniera a contarme que habían hecho alguna trastada, tocaban a los timbres y salían corriendo, colocaron una zorra disecada que se encontraron no sé dónde en la puerta de la casa de Tránsito, tocaron el timbre y el susto estuvo asegurado.
Por aquella época los cinco desarrollaron un poder sobrenatural, el poder de la omnipresencia, podían estar en Vitigudino, en Béjar, en Candelario o donde fuera, que alguien en Monleras los había visto liando alguna. Pa haberlo explotao en la tele, ahí con Iker Jiménez,.
Recuerdo que en 2010, cuando me marché de operación verano a Melilla, mis padres, Fernando y Fely, vinieron al pueblo a cuidar de mis hijos, porque ni a los unos ni a los otros se les pasaba por la cabeza estar en Salamanca teniendo pueblo. Mi padre siempre presumía y le decía a quién fuera ¿Tú tienes pueblo? y lo de menos era la contestación, mi padre le espetaba “pues yo sí”.
Mis padres se hicieron fijos en las fiestas de Monleras en verano, mi padre ayudaba con las mesas el día de la paella, mi madre se colocaba la camiseta de la peña y ya no había más ropa que la camiseta naranja, lava pon, lava pon. Sentían que formaban parte del pueblo, mi padre conocía el nombre de más vecinos que yo. En Salamanca decían con ilusión a los vecinos, ¡nos vamos al pueblo!, como el que se va de vacaciones a Cancún.
Hablaban con orgullo de las amistades que aquí tenían, de lo agusto que estaban y lo bien que se vivía, y empezaron a venir también en los puentes y Corpus.
Mi padre que era un fiestas, en el mejor sentido de la palabra, tenía un saxofón hecho de tuberías, tengo que puntualizar que estaban sin estrenar, con una boquilla y una membrana que hacía vibrar a ritmo de pasodoble. Lo guardaba como un tesoro y tengo que confesar que fue parte de mi herencia.
Una Navidad apareció en Monleras con él, pasamos una tarde de nochebuena inolvidable, no recuerdo el año pero menuda fiesta, Gema me lo recuerda muchas veces, hasta pasamos la chapela de Martín el Policía de Sardón en el bar de Fran que de aquellas era el bar de Rosa y conseguimos dos euros y pico.
Volviendo a ese verano de 2010 que me marché a Melilla, junté los libres en agosto y me vine a las fiestas, encontré a mi hijo José Manuel moribundo en el sofá, mi madre muy preocupada porque no paraba de vomitar. Al final nos enteramos de que su amigo del alma…Mikel y él, se habían zampado una sandía entera y a mi hijo no le sentó muy bien. No sé de qué huerto la cogerían… pero es que era una tras otra. Ya no me sorprendía nada. ¡Menos mal que no han salido delincuentes!
Menuda paradoja, los hijos de la guardia…
Si algo tengo que decir es que los hijos de las guardias, los de los maestros, los de los alcaldes y otros hijos de otros….. no tienen que ser perfectos, ¡tienen que ser pluscuamperfectos!
Ahora la que también se ha hecho fija en las fiestas de Monleras es mi sobrina Seila que tiene que estar por aquí sentada preparada para aplaudirme en cuanto termine de hablar y que está esperando a que el alcalde negocie un autobús de Tamames a Monleras, señor alcalde! ahí le dejo el balón en su tejado. Mi sobrina…en cuanto empiezan las fiestas se viste con su camiseta naranja de la peña y no se la quita hasta el día que terminan, se parece a su abuela.
Al inicio dije que el Alcalde es de mi peña, pero si fuera el Alcalde el que hablara de mí, diría que yo soy de la suya. Y es que las peñas son de todos por igual. Mi hijo dice, voy a la peña de mi madre a ver si me dan hielo que se nos ha terminado. Sandra dice, voy a la peña de mi madre (Gema) a comer jamón, que en la mía no hay, claro, se lo gastan todo en patatillas y gusanitos, van a tener jamón!. Los amigos de la Cabeza de Framontanos van a la peña de Tere y los del Manzano a la de Macu.
Y eso es lo bonito de las peñas en las fiestas, que compartimos nuestro tiempo, nuestro jamón y nuestra cerveza con gente amiga, con gente que no vemos en mucho tiempo y con gente que ni conocemos …pero seguro que tienen a alguien en nuestra peña.
He hablado de mis hijos que aunque ya viven fuera no han dejado de venir, José Manuel más que Maria Elena. Además siempre trae amigos que también se han hecho fijos de las fiestas de Monleras, he hablado de mis padres, de lo felices que fueron aquí y estos se quedaron para siempre, he mencionado a mi sobrina, pero no he hablado de mí.
Yo vine para marcharme, y mientras me marcho …o no, aquí sigo. Porque no encontré un lugar mejor para disfrutar de la vida, ni mejor gente con quien compartirla, también encontré el amor, que es de Villaseco, sí, pero vive en Monleras.
Con nuestros defectos y nuestras virtudes en Monleras somos un poquito diferentes, yo después de 22 años me incluyo y digo somos, porque cuando te quedas…eres, y haces familia y aprendes a estar cuando te necesitan, y aprendes que es bueno echar una mano, a acompañar en los malos momentos y a celebrar los triunfos de la gente a la que quieres.
Porque nacemos donde nos toca, trabajamos y vivimos donde podemos y yo tuve la suerte de poder elegir y elegí quedarme.

No quiero terminar mi pregonólogo (mezcla de pregón y monólogo) sin recitar un trocito de la letra de una canción de El Arrebato. En ocasiones, si las leemos vemos lo maravilloso del mensaje. Aunque no todas valen.

Su título: gente luminosa

Me quedo con quien me cuida
Me quedo con quien me valora
Con quien me hace reir
Y ríe conmigo, da igual la hora
Me quedo con quién escucha atentamente mi desahogo
Con quién procura mi bien
Con quién se queda a pesar de todo
Me quedo con quien me pide
ponme un whatsApp cuándo llegues
Y se alegra más que yo
Si tuve un golpe de suerte
Me quedo con esa magia
De una lágrima compartida
Me quedo con quién me ayudó
A encontrar aquella salida
Qué guapa es
La gente luminosa
La que baila porque sí
La que sonríe a todas horas
Con la que respiras lento
La que te regala tiempo
Y si un día no lo tiene
Lo fabrica para ti

Y ahora os pido que vayamos calentando las gargantas para dar ese grito auténtico que da comienzo a las fiestas patronales de nuestro pueblo este verano de 2025.

Viva Monleras

Vivan las fiestas de Monleras